Mi génesis

pasado

El final de una historia y el comienzo de una nueva ¿no es así? Se suele decir que cada vez que algo finaliza es porque algo nuevo va a comenzar, que si cierra una puerta se abre otra, que nada sucede por casualidad, que el cambio rige el mundo, que cada instante es diferente del anterior, que después de la tormenta siempre sale el sol.

¿Y si no es así? ¿Y si todo sigue igual? ¿Y si la historia se repite una y otra vez? ¿Y si aquello que siempre has deseado no se cumple? ¿Y si ese «ya llegará el momento» nunca se acerca? ¿Y si en lo único en lo que puedes pensar es en los «¿y si hubiera…»? ¿Y si la cobardía te impide luchar? ¿Y si nada de lo que haces es suficiente? ¿Y si todas las decisiones que tomas son incorrectas? ¿Y si vives esperando un momento que nunca llega y te olvidas del día a día? ¿Y si dejamos de pensar y empezamos a actuar?

fuegoDe repente te das cuenta de que todo ha terminado, que ya nada volverá a ser igual, o al menos, no de la misma forma. No estás triste, ni siquiera alegre, en realidad no sientes nada. Y es que por fin ha llegado el momento que tanto has deseado y que tanto tiempo has estado esperando. Se cierra definitivamente, y sin posibilidad de retorno, una etapa de tu vida. Se quedan atrás años de lucha, años de superación, años de derrotas y victorias, años de autoconocimiento, años de alegrías y tristezas, de soledades compartidas, años de juventud.

Toca dejar de ese naufrago perdido y empezar a recuperar todo ese tiempo pasado en alta mar. Pisar tierra firme y tomar conciencia de cada paso que das. Y es que, como decía Kant hay que recuperar la mayoría de edad y empezar a pensar por uno mismo, salir de la comodidad de dejar que los demás tomen las decisiones por nosotros con tal de evitar pensar en consecuencias.

Se acaba un libro de mi historia. Un cuento que no quiero volver a abrir nunca más. En realidad no es que haya sido malo, aunque tampoco en él se narre mi mejor momento, es solo que ya ha llegado a su ansiado fin. A ese libro pienso poner un candado tan fuerte como el acero en mis recuerdos para evitar volver a él. Un candado del que siempre guardaré la llave porque no quiero olvidar lo muchísimo que he aprendido.

Este no ha sido un camino de rosas, ha habido muchos obstáculos que se han puesto en mitad de mi destino, muchas piedras con las que tropezar. Me he vuelto en cierto sentido de hierro, pero sobre todo he crecido y madurado inmensamente. Gracias a todos los que han sido parte de esa etapa (aunque no creo que ninguno lea esto) porque a pesar de todo nunca volveré a ser la misma, me habéis cambiado para mejor –o eso espero-.
Con la tecnología de Blogger.