De un libro, una reflexión: "Volver a Canfranc" Rosario Raro

Después del fin de semana, aún quedaban dos partes más de la Semana Especial de Rosario Raro. Seguimos con "De un libro, una reflexión" con una de las frases que más me ha impactado de la novela. Aunque he de decir que son muchas las que anoté, y puede que haya más entregas dedicada al libro. 


«Solo nos ha sido dada una vida, pero con esta podemos salvar muchas otras. Recuérdalo.»



No podemos controlar todo en nuestra vida, hay ciertas circunstancias que no elegimos, ellas aparecen sin más. Normalmente, no podemos decidir sobre las catástrofes que azotan el mundo o sobre los problemas en que el mal destino (o como prefieras llamarlo) ha llevado a muchos. No podemos actuar sobre muchas de las calamidades que conocemos. No podemos cambiar el mundo, ¿o quizá sí?

Los pequeños gestos también cuentan. Se puede dar la vida a una causa y arriesgar por conseguir cambiarla con cuanto se tiene, el valor de quien lo hace es innombrable. Pero, eso no borra las pequeñas ayudas del día a día, esas que aunque parezca que no significan mucho, para otros significan demasiado. Son los detalles los más importantes. A veces, algo tan sencillo como unas buenas palabras dedicadas a alguien en el momento justo pueden conseguir maravillas. Puedes salvar a miles de personas o a un perro de un atropello. Cualquier acto sincero hacia los demás tiene el valor de mejorar la humanidad.

Porque que no veamos el resultado de lo que hacemos, no significa que haya que rendirse. Tampoco percibimos como el tiempo cambia aquello que vemos a diario y, sin embargo, si comparamos nos damos cuenta de que es completamente diferente a lo que conocimos. No todo puede tener una consecuencia inmediata.

Hay grandes héroes cuyo nombre es recordado, héroes anónimos cuyas acciones no transcienden pero logran hazañas enormes, y también están los héroes cotidianos. Esos que dan de comer a los animales abandonados que hay en la calle, que ayudan en lo que pueden a sus vecinos, que sin tener excesivos ni suficientes ingresos comparten con los que tienen aún menos y consiguen alimentar a su familia.

Gestos, miradas, detalles, sonrisas, abrazos, confidencias, simpatía, cariño, ánimo… Puede parecer que no son lo necesario para lograr ese gran cambio en el mundo. No creas que haces poco, cuando lo intentas. No te dejes vencer por el desánimo de todo el sufrimiento por paliar. Desde tu lugar cumples una función irremplazable, aunque no lo creas. Es fácil ser un héroe cuando todo el mundo te aclama, desde tu posición lo tienes más complicado, y lo intentas. Se empieza por lo pequeño y se termina logrando algo que no se puede ni imaginar. ¿Cómo sería el mundo si todos fuésemos tan valientes de ayudar a quien tenemos al lado?
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