DomingosDeOpinión: Valor de Vida


Vivimos bajo una premisa inconfesable. Tenemos fecha de inicio y de fin. Aunque la mayoría conocemos el día en que nacemos poco tenemos certeza de cuándo será nuestro último.

Nuestra sociedad nos enseña a ignorarlo. Carpe diem. No pienses más allá. Corre de un lado a otro, controlado por un tiempo que no te pertenece. Compra esto a pesar de que no lo necesites: te hará vivir nuevas experiencias que no te servirán para otra cosa que para chulear de ellas.

Dicen que hemos cambiado nuestra tabla de valores. Ya no es importante cuánto tengas o cómo sea tu casa. Ahora manda aquello que hayas podido hacer. Cuántos países has visitado, en cuántos lugares diferentes y especiales has estado. Da igual que lo único que te hayas llevado de allí sean un par de típicas fotos turísticas. No nos enseñan a empaparnos de otra cultura. Total, para qué si puedo estar en el hotel donde me lo harán todo.

Se nos olvida hasta el respeto por las personas que viven en esos sitios a los que vamos. La sirena de una ambulancia ya no nos dice nada. Las calles atestadas de gente, la ambulancia intenta pasar, pero nadie se quita del medio. Las sirenas resuenan, pero no en la cabeza de la gente que pasa en ese momento. ¿Actuarían igual si no estuviesen en una avenida en la que casi todos los que pasan son veraneantes? Si fuera en el lugar en el que viven, en su calle, ¿pasaría lo mismo? Seguramente irían corriendo a asegurarse que su familia y vecinos con los que se suelen relacionar están bien. ¿Y si la vida de la persona que va en la ambulancia depende de esos minutos sin avanzar? ¿Y si fuese nuestro padre/madre/hijo/hija quién estuviese ahí dentro? Esa ambulancia estaba atrapada en la puerta de un hotel.
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