DomingosDeOpinión | Jodidos pero vivos


tres personas sentadas en un banco
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Encontrar nuestro camino puede costar toda una vida. A veces creemos que al fin estamos en el lugar correcto y, de repente, ya no es así. Otras hemos encontrado algo cómodo y nos quedamos. Simplemente por conocer el esfuerzo que lleva la búsqueda. Estamos cansados de dar vueltas y no encontrar nuestro sitio, así que nos conformamos.

El orgullo no es un buen compañero. Seguir sus dictados nos puede alejar de nuestro verdadero deseo. El mundo no es ese lugar en el que los sueños se cumplen como nos contaron de pequeños. Cada elección conlleva una consecuencia y la suerte (o la probabilidad) influye más de lo que nos gustaría. Pero, nosotros no somos como ellos.

No somos parte de los afortunados. Somos de los que tienen que ganarse cada ascenso. Los que nos caemos mil veces y --de rodillas-- seguimos dando pasos. Hundidos bajo tantas capas que ya ni siquiera sabemos donde está el cielo. Parecemos aislados, mas somos muchísimos. Podríamos lograr lo que quisiéramos si tan solo nos uniéramos. Pero, vivimos en nuestra burbuja. No vemos el cielo ni tampoco nuestros propios pies. Solo andamos, avanzamos, sobrevivimos cada día. Puede que aún no hayamos encontrado nuestro camino. Puede que nos hayamos separado. Sin embargo, aunque creemos que nunca tocaremos lo más alto, nunca pararemos.
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