Polvo de estrellas

firmamento

Desde que el hombre es hombre y adquirió la capacidad de razonar hay una serie de cuestiones que nunca han dejado de ocupar su pensamiento. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos y adónde vamos? Son muchas las culturas que han intentado encontrar la respuesta y que están (o han estado) convencidas de que así ha sido, pero en el fondo en este tema seguimos igual que al principio.

Siempre he creído que cuando alguien a quien querías mucho se va de tu lado solo tienes que buscar la estrella más brillante, la más bonita y para ti más mágica que puedas observar que desde ahí, sea como sea, esa persona te estará cuidando y esperando con la paciencia del que es dueño de la eternidad el momento en que tú te fundas con ella para volver a formar parte del universo como ya una vez fuiste.

Hace mucho tiempo que te fuiste de mi lado pero cada noche, miro a nuestra estrella. Como en esa historia que me contaste hace mucho años sé que no te has olvidado de mi y desde ahí me observas y acompañas. Y una vez más mirando el brillo con el que ahora iluminas mis noches y con los ojos de la niña de ayer recuerdo tus respuestas a las preguntas que antes entendía aún menos y que nunca comprenderé del todo. 

¿Quiénes somos? Somos el ahora que es todo cuanto tenemos y de lo único que podemos tener una certeza completa. Tus recuerdos se anclan al pasado y tus sueños y expectativas a un futuro donde cumplirse. Al final, nos olvidamos de lo verdaderamente importante que es el lo que estamos viviendo prestando atención a viejas musas y futuras quimeras. 

¿De dónde venimos? La respuesta más racional nos haría ir a la reproducción humana y a la evolución del ser humano hasta alcanzar su desarrollo actual. Sin embargo, esa respuesta no nos satisface y no es suficiente. Por eso, nos empeñamos en mirar más allá de nuestra propia, con más o menos acierto, especie abarcando un terreno más espiritual. En este nada es certeza y nada es totalmente fiable pero en él -y solo en él- mucha gente es capaz de encontrar la paz, piense lo que piense el resto. 

¿Adónde vamos? Respuesta complicada donde las haya. Respuesta difícil e imposible porque lo único que podemos saber al respecto es que una vez que vayamos allí será para nunca regresar. 

Prefiero pensar en la teoría de que la energía ni se crea ni se destruye y, por tanto, nunca moriremos del todo. Siempre se ha dicho que no moriremos mientras alguien nos recuerde pero se puede ir aún más allá. Estamos hechos de materia y esta no surge de la nada, está en el universo desde el Big Bang. Somos los ecos de los primeros planetas, los restos de las primeras nebulosas y los primeros satélites. Somos el polvo de las estrellas y a ellas volveremos algún día para iluminar a los demás como ya intentamos mientras vivimos esta corta pero maravillosa existencia. Fuimos esas estrellas que acompañaron a nuestros antepasados y seremos esas estrellas que acompañarán a nuestros descendientes.
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