De Un Libro Una Reflexón: "El nombre del viento", de Patrick Rothfuss
«Cuando somos niños, casi nunca pensamos en el futuro. Esa inocencia nos deja libres para disfrutar como pocos adultos pueden hacerlo. El día que empezamos a preocuparnos por el futuro es el día que dejamos atrás nuestra infancia.» Patrick Rothfuss

Les cargamos de estereotipos y de ideas prefijadas. Debería estar siempre presente que somos sus referentes. Los juegos se convierten en los perpetuadores de los roles. Pocos tienen la opción de ir vagando y descubriendo por sí mismos. Otros, sufren cada día por haber nacido en el lugar equivocado. Sus padres dan todo por protegerles sabiendo que quizá nunca lleguen a su edad. Muchos pierden a sus progenitores antes de tener tiempo a siquiera conocerles. Incluso pueden ser otros niños los que acaben con su magia.
Son condenados a crecer demasiado rápido. Cuando no hay factores externos que lo provoquen, los niños han de jugar, bailar, cantar y creer que todo es posible. Todo mundo que imaginen puede ser real. Sus juguetes cobrarán vida y correrán con ellos. Ya habrá tiempo para descubrir cuán cruel (y buena) es la vida en realidad. Ahora solo debería tocar disfrutar. Si de algo nos arrepentiremos es de saber que nuestros hijos no tienen infancia.