De Un Libro Una Reflexión: "Percy Jackson y el ladrón del rayo", de Rick Riordan

"—El río Estige —murmuró Annabeth—. Está tan…
 —Contaminado —la ayudó Caronte—. Durante miles de años, vosotros los humanos habéis ido tirando de todo mientras lo cruzabais: esperanzas, sueños, deseos que jamás se hicieron realidad. Gestión de residuos irresponsable, si vamos a eso." Percy Jackson y el ladrón del rayo

Nos pasamos la vida acumulando heridas. Pensando ya más adelante podremos solucionarlo. Creyendo que el tiempo las borrará. Es cierto, se suavizarán. Pero siempre quedará una marca. El recuerdo constante de nuestros errores. Cuando estamos aún podemos solucionarlo nos escondemos para protegernos del dolor. Evitamos enfrentarlas y lo dejamos pasar.

Con juegos fuiste aprendiendo. Diste tus primeros pasos y tus primeras risas. Conociste a tus primeros amigos y les dijiste adiós por primera vez. Unos momentos que hoy saben a poco. Queríamos crecer. A base de dolor y amor lo hicimos. Llegaron los primeros desengaños y despedidas. Aquellos momentos de juventud en los que callaste por el miedo al que pudieran pensar. Que intentaste aparentar ser uno más entre tantos. No revelaste tu verdadera personalidad. Por el miedo a no encajar te quedaste fuera.

Ese inicio de madurez en el que al fin probamos a arriesgarnos. Lo dimos todo, aunque sabíamos que era probable que acabara mal. En esa inocencia de los inicios apostamos con incierto destino. Empezamos a dejar de lado parte de nosotros porque nos pedían que nos centráramos. Nos convencieron de que no lo podíamos tener todo y tuvimos que elegir. Una parte de nosotros la perdimos por el camino.

Seguimos creciendo. Cada vez somos más sabios, pero no del todo felices. Los errores del pasado empiezan a pesar. Encontramos la alegría en todas las primeras veces que aún seguimos teniendo. Evitamos pensar en el mañana porque tememos que lo bueno que tenemos pueda acabar. Acumulamos experiencias y pensamos más a menudo en el ayer.

Se acerca el final y lo sabemos. Hemos cumplido nuestras etapas y ahora es cuando los recuerdos toman el mando. Todo lo que pudimos haber hecho y dejamos pendiente. Los buenos momentos pueden compensar el daño. Ambos en una balanza continua. Hemos despedido a muchos, ya es momento de reunirnos con ellos. ¿Ojalá tuviéramos una segunda oportunidad?
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