El poder de las palabras
Lo más suyo que puede
tener una persona es la palabra, es su medio de expresión, la forma
de hacer que el resto del mundo se pare por un momento y le escuche.
Si los demás saben que la utilizas para engañar y humillar a otros
nada te quedará para mostrar. A veces el más doloroso no es el
golpe físico sino que hablen mal de ti. Hay algo peor que eso, lo
que no es real. Las palabras si son con sentimiento pueden hacer a
alguien la persona más feliz del mundo, si no es así la puedes
llevar a un lugar del que mucho le costará salir. Si te dicen te
quiero sin sentirlo pueden crear en ti una ilusión que no se verá
correspondida, si dicen odiarte sin hacerlo te alejan de su vida sin
motivo.
Dicen que de lo peor que
alguien a quien quieres te puede hacer es dedicarte una canción que
ya había dedicado antes, las mismas palabras que ya habían hecho
feliz a alguien, los mismos apelativos que ya había utilizado. Un te
quiero pierde significado si lo dices sin razón, solo por contentar
a otros sin realmente sentirlo. Todos queremos sentirnos importantes
y especiales para alguien y para ello también necesitamos sabernos
únicos.
La palabra es el medio de
expresión de una civilización, la forma en la que sus ciudadanos se
entiendan y que sean capaces de vivir en relativa calma. Es
importante que sepamos elegir nuestras palabras. Se pueden producir
graves malentendidos e iniciarse contiendas innecesarias solo por
haber sido demasiado brusco al compartir nuestros pensamientos.
Somos nuestra palabra.
Los demás saben de nosotros a través de lo que con ellas les
transmitimos. Podemos hacer feliz, herir o privar a alguien de
nuestra palabra en lo que puede ser una potente arma que lleva como
escudo la indiferencia, todo depende de nuestra decisión.
Y tú, ¿cómo quieres
que el mundo te recuerde?