Hespérides | Conocemos a autoras canarias: María Joaquina de Viera y Clavijo #AdoptaUnaAutora


La sección "Canarias es Hespérides" surgió para realizar un repaso por algunos aspectos destacados, pero poco recordados, de las Islas Canarias. Los autores canarios, por lo general, no tienen una gran difusión fuera de las Islas. En la entrevista que en Red de Pensamientos realizamos a Juan Cruz él afirmaba: "En las propias islas hay barreras. Ya me gustaría a mi que en Canarias se hiciera caso a los escritores. Ya le llegará el tiempo a la Península."

Una de las partes fundamentales de "Canarias es Hespérides" será conocer a nuestros autores y a otras personalidades relevantes. Pero, las mujeres tendrán su propio apartado. Estamos invisibilisadas en amplios sectores, la literatura es uno de ellos. La primera de la que hablaremos será María Joaquina de Viera y Clavijo. Seguro que esos apellidos os suenan. Son los de una de las grandes figuras de la Ilustración en Canarias, José de Viera y Clavijo. Empezaremos a conocer a su hermana. Ella cuidó de él, pero también tiene nombre propio. Este recorrido por su figura lo haremos de la mano de Adopta Una Autora, una iniciativa que pretende reivindicar a esas mujeres que suelen quedar en un segundo plano. Porque nosotras también hemos escrito grandes obras de la literatura. Iniciamos su recorrido a través de su biografía. 

María Joaquina de Viera y Clavijo

Bosquejo a crisálida de la autora realizado por
Antonio Pereira Pacheco y Ruiz
(1862-1864)

"De estatura abultada, más bien alta que baja, de rostro alegre, de color blanco pálido casi siempre risueño con la viveza de los ojos y algunos otros rasgos de sus facciones semejantes a su hermano D. José", así fue descrita en el periódico El Time en 1868 por José Agustín Álvarez Rixo, según recoge La Opinión de Tenerife. Nace el 27 de marzo de 1737 en Puerto de la Cruz (en aquel momento perteneciente al municipio de La Orotava), Tenerife. Se le considera la primera poeta de Canarias en el "Primer ensayo para un diccionario de literatura en Canarias" de Jorge Rodríguez. 

Son muy pocos los detalles que se conocen sobre su vida. Él más destacado es que siempre estuvo cuidando a otros. Primero de sus padres hasta que fallecieron. Más tarde, cuando su hermano José de Viera y Clavijo se mudó a Gran Canaria, se fue con él. Se dedicó a él, y a su otro hermano, durante treinta años desde 1784 a 1813 cuando este falleció. Ella moriría seis años más tarde, en 1819. Aunque de niña tuvo la educación típica que se le daba a las mujeres y encarnó los roles de su época, la relación con José de Viera y Clavijo le permitió acercarse a otros círculos intelectuales. 

Hay registros de que en La Laguna aprendió de José Rodríguez de la Oliva y de que en Gran Canaria conoce a Nicolás Eduardo y a Luján Pérez. Del contacto con todas esas personalidad la portuense también se desarrolló artísticamente en la poesía, la escultura y la pintura. Dulce María Loynaz ideó lo servicial que María Joaquina era con su hermano en Un verano en Tenerife.

Fue la primera mujer canaria en publicar un soneto en 1801, así lo afirma Elías Mujica. En la Antología de los poetas del siglo XIX que este autor publicó en 1278 la denomina como la primera poeta de Canarias. Sus poemas estuvieron inéditos hasta que el historiador Agustín Millares los recopiló en 1880. Sin embargo, no se conservan sus sonetos. En la biografía que José Agustín Álvarez Rixo le dedicó destaca que su obra estuvo relacionada la religiosidad, las buenas costumbres, el sentido del humor y el patriotismo. Escribió sobre sucesos de su tiempo. También colaboró en obras de su hermano, en el poema "Los meses" se incluye un inventario hecho por ella que se conserva en el Museo Canario. 

En cuanto a la escultura, no se conserva ninguna muestra. Realizó esculturas, entre otros, del Obispo Fray Juan Bautista Cervera y pequeñas estatuas del padre Fresneda y de Don Vicente Ramos. En algunos de sus versos llegó a mencionar sus esculturas. Victoria Galván González recoge lo doméstico de su arte. Cita a Carmen Fraga quien afirma que María Joaquina de Viera y Clavijo como mujer no podía acudir a los talleres ni vender sus obras. Obsequiaba a sus conocidos con estas obras, como dejó constancia en sus poesías.


Sigue descubriendo a esta autora a través de nuestro repaso de su huella en la hemeroteca de Canarias 
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