De un Libro una Reflexión | El feminismo es para todo el mundo, de bell hooks
«La política feminista está perdiendo fuerza porque el movimiento feminista ha perdido definiciones claras. Tenemos esas definiciones. Reivindiquémoslas. Compartámoslas. Volvamos a empezar. Hagamos camisetas y pegatinas, postales y música hip-hop, anuncios para la televisión y la radio, carteles y publicidad en todas partes, y cualquier tipo de material impreso que hable al mundo sobre feminismo. Podemos compartir el mensaje sencillo pero potente de que el feminismo existe para acabar con la opresión sexista. Empecemos por ahí. Dejemos que el movimiento vuelva a empezar». El feminismo es para todo el mundo de bell hooks
Cuando hay quien pretende tergiversar tu mensaje, a veces, lo mejor es recuperar su significado. Con el feminismo se ha conseguido de tal manera que el lema “ni feminismo, ni machismo” se ha hecho popular. Equiparar el feminismo con el machismo (o sexismo, como defiende bell hooks) es vaciarlo de contenido. Reducirlo a una realidad en la que no tiene cabida. No se puede comparar porque el feminismo busca una sociedad en la que el machismo no exista. No pretende arrebatarles su lugar a los hombres, sino equipararnos con ellos en igualdad de condiciones. Esa unión sería correcta solo si en vez de feminismo se refiriesen al “hembrismo”, algo que en nuestra sociedad no existe.
La comunicación es importante. Empezar por lo más simple para poder explicar lo profundo. Si se pretende difundir un mensaje hay que conseguir que sea comprensible por el mayor número de personas sin importar su situación sociocultural. Acercar la idea principal para luego explicarla con mayor profundidad. Convertirlo en simple para llegar a la esencia. Que cualquier persona sea capaz de entender por qué su situación es así y por qué están afectadas en realidad. Conseguir que asuman que el sexismo sigue siendo un problema actual. Los pasos que se han dado han mejorado la situación de la mujer, pero la lucha no ha acabado. Sobre todo, no debemos olvidar que siempre hay quien está peor que nosotros, aunque nosotros no lo notemos. «Dejemos que el movimiento vuelva a empezar».
