Hespérides | Cacharros, tablas y castañas por San Andrés

castañas al fuego
Castañas asadas | © Pixabay

Recuerdo que cuando estaba en el colegio preparábamos los cacharros para correr por las calles en la víspera de San Andrés. Desde las semanas anteriores empezábamos a buscar y guardar latas para poder construir nuestro propio cacharro. Estos pueden ser de múltiples formas y materiales. Su elaboración depende de nuestra pericia o de la de nuestros padres. El más básico consiste en latas pequeñas (de refresco, té, etc.). Una vez se hayan unido todas ya estamos listos para correr por las calles. Ese día era muy especial en el colegio porque cambiábamos la rutina por una celebración. Comíamos en el recreo castañas con algunos platos típicos canarios.


El colegio en el que estudiaba solía organizar salidas por las calles del pueblo para que pudiéramos cumplir con la tradición y mostrar nuestros flamantes cacharros. La celebración es típica de la zona de Puerto de la Cruz, Los Realejos, La Orotava, Santa Úrsula y otros municipios del norte de Tenerife. Se corren los cacharros en la víspera de San Andrés. Su origen es confuso, pues son varias las leyendas que se relacionan con este:

«Son múltiples y de diferente origen las versiones sobre el inicio de esta festividad. Unas de carácter religioso, como la que sostiene que "San Andrés era cojo, llegó borracho y cargado de cacharros a fines de noviembre y no el día primero como todos los santos. Otros afirman que el santo cogió tal borrachera que se quedó dormido y hubo que despertarlo con el ruido de cacharros que los niños le habían colgado de sus ropas. Algunos curas ven una relación con el martirio del santo, en el que este fue sacrificado y arrastrado. Por último, hay quienes afirman que se trata de la institucionalización de una costumbre en las islas, por la cual durante la acción de las plagas de langostas se hacían correr cacharros para ahuyentarlas". Alberto Galván Tudela, en su trabajo sobre las Fiestas Populares en Canarias, también apunta la posibilidad de una festividad asociada al vino y a los bodegueros, "(...) Una vez hecho el mosto, este se deja fermentar en un tonel y se le deja reposar ocho o diez días. A partir de entonces, el vino se pasa a otro tonel que debe estar limpio. Tal limpieza se realizaba con una lejía especial extraída de algunas plantas y con agua salada. Para conseguir el agua salada, bajaban desde las bodegas a la costa y limpiaban de esta forma los toneles, al menos en los primeros momentos. Debido a la inexistencia de medios de transporte apropiados los hacían rodar por las pendientes, y algunos incluso afirman que utilizaban unas tablas, las corzas, para evitar que se dañara la estructura del tonel"». Lo recoge la revista Bienmesabe en su número 133 (30/11/2006) en un artículo de Rafael C. Gómez León.

Relacionada con la apertura de las bodegas, en la víspera de San Andrés, es común realizar comidas-cenas familiares en las que degustar pescado salado con plátanos verdes guisados, papas y batatas. En la mesa no pueden faltar las castañas en nuestra forma de cocción predilecta: guisadas, asadas o, incluso, crudas. Sirve de excusa a las familias y amigos para reunirse.

Uno de los orígenes que menciona Rafael C. Goméz León es el que más aceptación tiene para los inicios de las tablas de Icod de los Vinos de los días 29 y 30 de noviembre. El transporte con maderas de las zonas más altas hacia la costa acabó con el tiempo dando lugar a unas fiestas en las que con tablas untadas con cera o grasa la gente se desliza por las calles del municipio. Las empinadas calles de Icod (y demás lugares donde se celebra) facilitan el descenso. Al final de la calle se suelen poner ruedas de vehículos que amortiguan la caída. La bajada puede ser peligrosa, sobre todo, para personas sin experiencia previa, por eso, hay una página dedicada a esta tradición que ofrece recomendaciones para evitar los riesgos.



La fiesta de San Andrés (30 de noviembre) es muy destacada en las Islas Canarias. Son varias las tradiciones que se reúnen entre la víspera y el propio día de la celebración. En Tenerife las más destacadas son los cacharros, las tablas de Icod y la apertura de las bodegas con las comidas relacionadas. A ellas se le une una más moderna, la conocida como “fuga de San Andrés” en la que los jóvenes aprovechan para faltar a clase.
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