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llaves y flores
© Pixabay 
La aprobación de los demás cuenta más que tu propio interés. Quienes están a tu alrededor se desviven a cada segundo, pero de eso no te das cuenta. Prefieres que personas a las que ni realmente conoces te den su aprobación. Mides tu amor propio en el número de "me gusta" de tu última foto. 

Nos hemos acostumbrado a vivir en la era de Internet. Buscamos lejos lo que tenemos justo al lado. Nuestra felicidad se disfraza de me gustas o comentarios. Los amigos se cuentan por las conversaciones abiertas en whatsapp. 

¿Cuántos de esos "me gusta" son de personas de las que realmente te importa su opinión? ¿Cuántas de esas personas con las que hablas en whatsapp se interesan realmente por ti? ¿Cuántas seguirán ahí a pesar de los años? ¿Cuántas buscan algo más que entretenerse mientras dejan que el tiempo pase?

Es complicado definir la palabra amistad. Hay personas de las que no sabes nada en lustros e, incluso, decenios pero que sigues sintiendo igual de cerca. Sabes que estarán ahí si un mal momento quiere acabar contigo. Pero ¿y en el día a día? Una amistad real es aquella en que el interés permanece intacto.

No es suficiente con apoyarnos solo cuando estamos en los peores momentos. Eso se agradece y se valora. No es suficiente. Soy incapaz de llamar amigo a alguien que no comparte sonrisas sinceras, que no te llama de vez  en cuando o gasta cinco segundos de su tiempo en preguntarte cómo estás.

Debemos encontar nuestro equilibrio. Saber valorar a aquellos que nos vienen bien estén dónde estén. Nuestro tiempo es límitado para perderlo en juicios de valor. Lo que importa es lo que tú mismo creas. Solo tienes que descubrir dónde está para ti lo relevante y olvidarte del resto. 
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