De Un Libro Una Reflexión | "A la sombra del árbol violeta", de Sahar Delijani

Libro bajo un jacarandá, un árbol violeta
© Alejandra GN
 «Amir sintió que lo empujaban por la espalda y se precipitó bruscamente hacia adelante. Notó la áspera soga en torno al cuello y quiso gritar, pero no pudo. Y eso fue lo último. Por un breve instante, el tiempo se detuvo. Luego, súbito como un alud, se agotó» A la sombra del árbol violeta de Sahar Delijani 

En España sabemos lo que supone tener fosas comunes y, por tanto, familias que buscan respuestas. La evolución no puede dejarles atrás. Superar un momento histórico no tiene por qué implicar olvidar lo que nos ha traído hasta aquí.

Hay una sentencia que no podemos ignorar: “La historia que no se recuerda está condenada a repetirse”. Los políticos la aprovechan para su conveniencia según ven que les favorece para conseguir votos. Nuestra memoria histórica no debería estar al servicio de los gobernantes de turno. Para que según les pueda beneficiar o no recuerden a los enterrados sin nombre o los sigan escondiendo en lo más profundo.

Hay niños que nunca llegaron a conocer a sus padres o madres. Hace poco fue encontrada una mujer que llevaba un sonajero con ella en el momento de su fusilamiento. Es lo único que queda: huesos y un juguete infantil de plástico. Han tenido que pasar 83 años para que su hijo (que en ese momento solo tenía 9 meses) haya podido encontrarla. Un bebé que perdió a su madre antes de poder si quiera conocerla. Ahora Catalina Muñoz, al fin, está localizada. Su hijo ya puede saber qué fue de ella y donde ha estado todo este tiempo. Pero quedan muchos otros y otras. Demasiados familiares, amigos, vecinos que no tienen un lugar donde llorar a sus muertos. Hasta nuestro queridísimo Federico García Lorca sigue sin tener una tumba con su nombre.

No podemos considerarnos un país desarrollado mientras esta situación no se solucione. No mientras nuestro pasado más triste siga oculto. Necesitamos poder encontrarles y velarles. Tener una tumba no les devolverá la vida, pero sí a nosotros, los vivos, sus descendientes, la dignidad y el recuerdo.
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